Tetas lactantes en la oficina.


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Habia conocido una chica muy bonita en la oficina, solo habia oido decir que ella había tenido amores con alguien de la empresa anteriormente, y no vi nada de eso ya que apenas hace dos años comencé a laborar en esta compañía. Era casada hace tres años y ya iba a dar a luz su primer hijo, antes de dos meses, y ya regresaría de su permiso post natal que duró meses.

Hace como 10 días regresó a sus labores y por supuesto como dio a luz se encuentra lactando. Un día después que vi un juego en la televisión, se me vino la idea a la mente de lo bueno que sería probar como era la lecha materna. Esta idea me llegó a la mente porque me estaba acordando de ella. Así que comencé en un plan: Después de tantos días de intentarlo, cierto día decidí echarle pichón al asunto. Como a las 4:00 p.m. de la tarde, me dirigía hacia su cubículo y le dije que deseaba hablar con ella personalmente. Ella me invitó ha un salóncito que quedaba al lado en donde acostumbraban a comerse su lunch y me preguntó:

-¿Qué es lo que tu quieres, Marcos?

Le dije a mi amiga y compañera de trabajo que me habían golpeado en un ojo el día anterior y que lo tenía demasiado rojo. Que mi abuela me había sugerido que me colocara unas gotas de leche materna.

-Yo no conozco a nadie mas que a usted -le dije. -¿Por favor, me podría hacer el favor?

Ella de repente se sorprendió al oir esto. Permaneció un rato en silencio, sin decir nada. Luego comencé a rogarle poniendo una cara de tristeza. Después de algunos minutos ella aceptó y le di una taza de vidrio con y le pedí que la llenara hasta la mitad. Con cierta sonrisa en su cara me dijo que esperara afuera. Unos minutos pasaron y regresó con la taza llena en una de sus manos. Yo estaba muy emocionado de ver aquello y el huevo ya lo tenía bien erecto y duro como riel de ferrocarril. Tan pronto como me entregó la taza, le quité el papel aluminio que tenía arriba y bebí algunas gotas. Ella estaba sorprendida al ver esto y se enojó. Pero entonces le dije la verdad: perdoname, compañera, es que tengo un problema de inmunidad y soy alergico a muchas cosas. Mis amigos me dijero que si tomaba leche de pecho durante una semana o mas, mi inmunidad mejoraría. Así que le mentía a esta mujer.

Pensé que se enojaría al oir esto pero mas bien puso una cara sin ninguna expresión, me gané su confianza y de nuevo le pregunté si podía darme la leche durante una semana urgentemente, desde ya mismo.

-¡Por favor, démela!!

Ella entonces me sonrió lo que significaba que había aceptado. Yo estaba bien contento pero no lo demostré frente a ella. De repente me preguntó si quería probar leche la leche ya mismo. No me dio tiempo de contester porque entró al baño y la seguí sin decir nada, tranquilamente: ¡Qué momento tan delicioso!! ¡Ay, papi, mi leche!!

Intenté controlar mis nerviosimos tan pronto como ella entró y comenzó a desabotonarse los ultimos tres botones del la blusa y pude ver su blanco brasiere que cubría sus tetas que producían tanta leche. Ella entonces se levantó el brasiere desde abajo y me mostró su teta izquierda. Me sonrió y me dijo que me acercara y tomara la que quisiera. Me acerqué y la sostenía por la espalda y cintura y comenzé a mamar parado frente a ella. Yo mamaba como bebé. Su leche no tenía sabor a nada mientras yo le sostenía la teta agarrada con la boca. Mientras chupaba, y acariciaba el pezón con mi lengua.

Ella me dijo que terminara rápido porque su esposo la recogería a las cinco en punto para llevarla a casa. Con mi mano izquierda le comencé a masajear su teta derecha. Ella no lo impidió. Luego me dijo que me cambiara al otro seno y yo mismo le levanté el brasiere derecho para ver ahora colgando dos tetas lecheras jugosas frente a mi. Yo estaba muy , contento como nadie. Disfruté cada momento.

Ahora su mano la tenía alrededor de mi cuello y sentí cuando me apretó la cabeza contra sus pechos lo que indicaba que a ella también le gustaba. Sentí que tenía el estómago lleno y su “saree”, cierto vestido que ellas usan, lo tenía levantado por encima de su cintura, dejando ver el ombligo. Decidí llegar mas lejo: comencé a besarla desde los senos hasta el ombligo y le mordía con toda lujuria. Ella abrió los ojos y en lugar de rechazarme, movía lentamente su cuerpo lo que confirmaba que ella si estaba disfrutando el momento sexual…con mi mano izquierda presionandole las tetas y con la derecha avanzando hacia su culo. Se lo apreté y comencé a darle masajes en aquellas bonitas nalgas. Ya yo estaba a punto de acabar y soltar todo el semen. De repente, ocurrió lo impensable: Ella no me dejó seguir y me dijo que era el momento salir porque su esposo tal vez estaba esperandola afuera. Me sentí algo frustrado pero yo estaba contento de que mi plan haya funcionado.

Ordeñando a mi tía.


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-Se ve que está muy rica mi lechita ¿verdad? -me dijo mi tía
cuando entré a la sala y ella se limpiaba la blusa, que el escurrimiento de la
leche de sus pechos le había manchado.


Ella lo dijo porque yo me quedé como enganchado a esa imagen,
ya que al mojarse con el escurrimiento de sus tetas, se transparentaban sus
pezones duritos y oscuros y yo no dejaba de mirarlos. Mi tía es de piel blanca y
siempre ha sido una mujer tetona, y ahora que había terminado su embarazo, las
tetas le habían crecido aún más y estaban que estallaban de tanta leche.


-Lo malo es que mi bebé no quiere tomársela y si no lo hace,
me comenzarán a doler mucho los pechos.


Mirándola y escuchándola, mi verga se puso muy dura y ella lo
notó y no dijo nada, sólo sonrió de una manera algo lujuriosa, al darse cuenta
de que tenía el palo totalmente duro bajo el pantalón.


-Ojalá se la tome –comenté y le dije a la hermana de mi padre
que iba a mi cuarto.


Me fui de la sala no porque no quisiera seguir mirando sus
dos montes de leche, sino porque no podía aguantar las ganas de pajearme y
chorrearme, pensando en las chichis de mi tía. Me saqué la verga que ya estaba
totalmente húmeda y me vine, pensando que le mamaba las tetas a mi tía. El
resultado fue una corrida tremenda y llené con mi chorro la sábana de mi cama.


La fantasía de tocarle las tetas a mi tía, es algo que ya
tenía desde tiempo atrás. Cuando sucedió esto que les estoy contando, yo tenía
trece años y ella 25, pero desde que yo tenía once años, no perdía oportunidad
de espiarla para mirar esas tetas gordas y jugosas. Recuerdo que una vez me
acerqué a su cuarto y ella había acabado de bañarse. Como no había nadie en la
casa, ella no cerró bien su puerta y no se dio cuenta que yo regresé de la
escuela. Traía sólo las bragas puestas y sus chiches estaban al aire. Se agachó
hacia delante para sacudirse el cabello y mientras se secaba, por el movimiento
de pasar la toalla por su cabeza, sus tetotas se balanceaban y yo quise entonces
tener el valor para acercarme a ella y sentir entre mis manos esos dos pechos
inmensos para apretarlos y después mamarlos. Ya se imaginarán que también esa
vez me corrí después de espiar y descubrir esos sabrosos melones.


Después de eso todo era espiar a mi tía, o mirar de reojo
cuando ella traía blusas escotadas y se agachaba cerca de mí. Me encantaba
mirarle el canal entre sus tetas y pensar que ponía ahí mi pito y que ella lo
apretaba, hasta sacarme toda mi leche.


Durante todo el embarazo ella estuvo sola, pues su novio no
quería hacerse cargo del bebé y mi tía decidió que no quería tener nada que ver
con un tipo que no podía ni siquiera hacerse cargo de él mismo.


Al día siguiente de que mi tía Leonor me dijera lo de su
leche, regresé de la secundaria y ella estaba otra vez en la sala.


-Mira Marcos, otra vez estoy chorreando- me dijo, mientras
con la palma de su mano derecha levantaba su pecho izquierdo desde abajo y me lo
mostraba.


Esta vez llevaba una bata y me di cuenta que no traía sostén
ni nada más. Yo ya no pude contenerme más y me acerqué a ella y le estruje el
pecho que ella me ofrecía. Vi cómo se estremecía de placer, pues cerró los ojos
y sus pezones se pusieron todavía más hinchados de lo que ya estaban.


-Anda mi amor, ordeña a la puta de tu tía. Chúpame toda la
leche. La tengo toda para ti.


No tuvo que pedirlo dos veces, porque yo ya estaba frente a
sus pechos y mi boca se prensó de uno de sus pezones y chupaba sediento,
mientras mi lengua se llenaba con ese líquido caliente. Chupaba haciendo mucho
ruido y esos sonidos se mezclaban con sus jadeos y sus palabras entrecortadas.


-¡Ay, qué rico! Ordéñame así cabrón. Tómate toda mi lechita.
Huy me pones muy caliente. Mama Marquitos, mama. Muérdeme las chichis, déjamelas
moradas con tus chupetones. Soy una pinche vaca chichona y quiero que hagas con
mis tetas lo que tú quieras. Apriétamelas cabrón, apriétamelas así rico. Huy,
que puta me siento.


Después de mamarle ese primer pecho, ella me jaló de los
cabellos y llevó mi cara hacia la suya. Nuestras lenguas se enredaron y yo
compartí con ella el líquido que aún tenía en la boca. Los hilitos de su leche
escurrían por nuestros mentones mientras nos besábamos con mucha lujuria, sin
que yo dejara de apretarle las tetas. Yo sentía cómo chorritos de leche salían
disparados desde sus pezones, por la presión que yo hacía sobre ellas, al
estrujarlas. Chorritos que me tenían batidos los brazos y la playera de la
escuela.


Otra vez bajé mi cara hacia sus tetas, pero esta vez ella me
detuvo unos quince centímetros antes de comenzar a mamarlas y me dijo que se las
apretara. Yo lo hacía y la leche de las tetas gordas de mi tía me llenaba toda
la cara. Apretaba y le clavaba las uñas en esos pechos jugosos y cada vez era
mayor la cantidad que brotaba. Abría la boca para tragarme la mayor cantidad,
pues no quería perder nada. Ella gritaba por el placer de sentir cómo yo le
estrujaba muy violentamente sus chichis y le clavaba las uñas, ocupado como
estaba, en sentir esa piel suave entre mis manos.


-¡Qué rico le sacas la leche a tu puta tía! Así mi vida,
márcame las tetas, márcamelas mucho para que me excite cada vez que me mire al
espejo y vea cómo me las dejas. Así; soy tu perra en celo. Soy tu madre y te doy
la teta. ¿Quieres chichi mi niño? ¿quieres estas tetotas que siempre vas a
mamar? Cuélgate de estos pezones. Dime que soy una vaca tetona. Dime que soy una
perra. Dime qué soy.


-Eres una puta tía. Eres una caliente y me gusta ordeñarte
así de fuerte.


-Dime más mi amor,- decía ella mientras estaba a punto de
correrse.


-Me gusta que seas mi tía, mi madre mi mujer; me calienta
mirarte las tetas y mamártelas y voy a sacarte siempre toda la leche para que te
corras como la puta golosa que eres.


-Tú eres un niño goloso también ¿Te gusta la lechita de tu
tía?


-Sí tía, me encanta, estás muy rica.


-Así papito aprieta; lastímamelas, que ya después me las vas
a curar con tus lamidas.


Mientras yo seguía apretándole sus chichis, ella se acomodó
para sacar mi palo del pantalón y antes de llevar su mano derecha hacia mi pito,
la puso delante de uno de sus pechos y uno de sus chorros se la llenó de leche y
supe lo que iba hacer. Mojada como tenía la mano, la llevó hasta mi verga y yo
ya no podía contenerme. Comenzó a hacerme la paja con su mano mojada por su
leche y tanto ella como yo, ya no pudimos más. Nos venimos y un tremendo
estremecimiento recorrió nuestros cuerpos. Quedé recostado con la cara entre sus
tetas y ella me acariciaba el cabello y me besaba. Retiré un poco mi cara para
mirar sus chichis y noté que estaban amoratadas y hasta un poco sangraban.


-Niño malo. Ahora tienes que curarlas.


Me acerqué y con la lengua empecé a lamer esas globos y ella
comenzó a gemir otra vez.


-Vamos a apurarnos porque ya no tarda en llegar tu mamá.-me
dijo.


Y yo seguí lamiendo y ordeñando esos montes de leche no sólo
ese día, sino durante mucho tiempo más.

Una Cena de Viejos Amigos


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Andres me había insistido que de ninguna manera buscara hotel en Barcelona cuando tuviera que ir por cuestiones de trabajo, se había casado, tenia una hija de pocos meses y una hermosa casa cerca del Borne. Nos conocíamos desde hacia diez años, estuvimos trabajando en la misma empresa una temporada y siempre me pareció un buen tipo, abierto, jovial y trabajador. Solo una cosa siempre me había escamado, su interés por mi vida sexual, era de ese tipo de tíos que parece disfrutar mas oyendo y viendo que haciendo.

Tenia una semana para cerrar una serie de asuntos y allí estaba llamando al timbre de su casa.

Me abrió Andres efusivo, me dio un fuerte abrazo y me presento a su esposa Marta, mas joven que el, bajita y con unos hermosos ojos color miel. eran las 8 de la tarde, sentados en el salón me invito a una cerveza y con ella en la mano recorrí la casa mientras Andres me la mostraba, en su habitación había una cuna y Marta estaba sentada al borde de la cama dándole teta a su pequeña Julia, atisbe unos pechos pequeños pero hinchados por la lactancia, por educación deje las formalidades y los saludos para mas tarde. Deje la maleta en la habitación de invitados y me metí a darme una ducha mientras Andres y Marta cocinaban y cuchicheaban en la cocina.

La cena transcurrió como transcurren las cenas de viejos amigos cuando hace tiempo que no se ven, con Marta atenta y sonriente pero poco habladora y Andres ensalsandome ante su mujer, hablándole de algunas de mis aventuras que el conocía, tuve que hacer un ejercicio de modestia ante su esposa:

-Tu marido exagera¡ Como ves no soy Tarzan y mis atributos son mas bien normalitos

-Y cual es el truco? pregunto ella

-No hay ningún truco, al menos que yo sepa. todo es una mezcla de morbo, ternura y desenfreno, ofrezco complicidad

-Quizás eso sea lo que queremos muchas mujeres- me contesto y dicho esto se despidió-me vais a disculpar tengo que darle la cena a la niña y además estoy rendida.

Alrededor de una botella de whisky de malta Andres y yo proseguimos la charla, le iba bien, en el trabajo, en la vida y su mujer era maravillosa:

-Marta es muy sumisa-me dijo guiñándome el ojo- somos felices, solo falta LA GUINDA porque....

-Por que?

-Tu me conoces sabes que siempre me ha gustado que me cuenten cosas y verlas, no soy muy activo que se diga.....bueno la verdad es que yo también soy bastante sumiso

-Venga ya Andres¡

-Si es la verdad, sueño con verla en brazos de otro hombre pero una cosa tengo clara....paso de intercambios y de entrar en una vorágine que destroce mi matrimonio.....por eso pensé en ti

-Que has pensado en mi?

-Si, no te preocupes, ya he hablado con Marta, ella hará todo lo que a mi me complazca porque eso es lo que le complace a ella, cuando me anunciastes tu visita comenzamos a contar los minutos...tu eres un tio discreto, limpio y sobre todo buena gente...te conozco bien, se que jamás le harías daño a un amigo.

-Que quieres decir?

-Que quiero que folles con mi mujer, primero sin que yo este para que cojais confianza y luego conmigo delante, ya lo tenemos claro, mañana estaré toda la tarde fuera, es tu momento, además tienes toda la ventaja del mundo.

-Y eso?

-Porque sabes que ella aceptara todo lo que le propongas.

Me quede estupefacto pero intente disimularlo. Eran las dos de la mañana cuando me fui a la cama.

Desayunamos juntos, Marta sostenía la mirada cuando yo la miraba, en sus ojos había excitación, morbo, sumisión, ahora la miraba sin cortarme sabiendo que eso ponía bien caliente a mi amigo, era hermosa, pelo castaño tirando a rubio, no mas de 1.60, guapa, de piel clara y muy proporcionada, con unas sugerentes y pequeñas tetitas hinchadas por la lactancia, mi polla se revolvía dentro de mis pantalones mientras la miraba.

Despues de una serie de reuniones nos vimos en un restaurante para almorzar, bebimos buen vino y Andres se retiro de nuevo a su trabajo, Marta y yo nos fuimos en un taxi a su casa, puse mi mano extendida sobre su rodilla y ella me miro sonriente.

En la casa me vino una inspiración, estaba con una mujer maravillosa pero el proceso de seducción estaba de mas, era sumisa, ya estaba todo hablado, el tono debía de ser imperativo:

-Desnúdate- le solté a bocajarro en cuanto cerro la puerta

Agacho la cabeza y obediente comenzó a hacerlo, lentamente, sensual, se desabrocho la camisa, puse música:

-Hazlo al ritmo de la música¡

Su cuerpo se bamboleaba al ritmo de la música, desabrochándose lentamente el sujetador, dejándome ver sus dulces tetitas, pequeñitas con el pezón hinchado, no pude contenerme, mientras ella se quitaba los jeans mis labios se apropiaron de sus pezones que me obsequiaron con ese néctar glorioso que es la leche de madre, mi polla se puso a reventar nada mas saborear la primera gota mientras ella con los ojos cerrados moviendose al ritmo de la musica se quedaba con unas minusculas braguitas transparente como unica vestimenta.

Seguí chupando como un ávido nenito lactante mientras acariciaba su suave piel, me despoje de mis pantalones y mis slips dejando asomar mi polla dura y desafiante, deje de mamarle las tetas, no dije nada, basto una mirada para que Marta se arrodillara ante mi y comenzara a chuparmela como una chica traviesa chupa una piruleta, lamiéndome la punta, metiéndose la hasta la mitad en la boca y sacándosela mientras hace una suave succión, todo ello mirándome dulcemente a los ojos. Una mirada maravillosa que hablaba sola, que me decía soy tuya, te pertenezco, usame para tu placer porque eso es lo que me da placer, acaricie su melena mientras comenzaba suaves movimientos de cadera, follandole la boca, ella recibiendo mi polla, complaciente y sumisa, entre sus calidos labios, se la saque de la boca, tenia el capullo descubierto y brillante y comencé a darle pollazos en la cara mientras le ordene que se masturbara, sacaba la lengua y recorría mis huevos con ella mientras yo jugueteaba y rozaba la punta de mi capullo por sus labios, su cara y su frente.

Me sente en una silla y le ordene:

-Montame

Moviéndose sinuosamente como una dulce y tímida gatita, mirándome a los ojos, relamiendo sus labios con la lengua se puso sobre mi, situo mi polla entre los labios de su coño y descendiendo suavemente hasta que se la metió hasta las pelotas en su mojadisimo coño, comenzó el sube y baja, deslizando su coño en mi polla, hechizado por el suave y apretado tacto (a pesar de su reciente maternidad) de las paredes internas de su coño.

Le di una fuerte chupada en un pezón y sentí como la leche manaba de el inundando mi boca, Marta gimió y se clavo la polla hasta la raiz, fue inevitable, me corrí abruptamente, casi con dolor en su maravilloso coñito mientras ella me besaba y compartía su leche conmigo.

A veces me pasa y esta era una de esas veces, no pude controlar ni retener mi eyaculacion, apenas llevaba tres minutos con la polla clavada en su coñito pero su experta mamada previa, el morbo de follarme a la mujer de mi amigo con su consentimiento y el sabor de su exquisita leche fueron un explosivo cóctel superior a mis fuerzas, a mi poder de concentración.

Nos quedamos abrazados y unidos mientras mi polla disminuía de tamaño dentro de su coño donde sus jugos y mi leche se fundían.

Pidiendo mi aprobación con la mirada me descabalgo, se puso de nuevo de rodillas y comenzó a limpiar mi polla a lenguetazos, con mi corrida tan reciente el roce de su lengua ne la punta de mi capullo me dejaba próximo al desvanecimiento y me daba escalofríos.

Unos diez minutos estuvo Marta lamiendome el capullo, golpeandose los labios con mi polla y mirándome a los ojos (que cosa mas linda es que te miren a los ojos cuando te la están chupando) hasta que la inste a que se levantara, se sentara en el sofá, me tomara en brazos y me diera de mamar como a su bebe (creo que ese día la nenita se tuvo que merendar un biberón). Con los ojos cerrados mamando de sus tetitas, saboreando sus pezones hinchados mientras ella me acariciaba y como a su bebita, me musitaba, casi ronroneando:

-Mi niño, toma teta de mama. si chupamelas, tomate toda mi leche.

De nuevo sentir el dulce calor de la leche materna en mi boca y que mi polla se pusiera para estallar de dura fue todo uno. Marta se dio cuenta y comenzó a meneármela suavemente, subiendo y bajando la piel de mi polla al mismo suave ritmo que mis chupadas en sus pezones me alimentaban. Disfrutando de este sublime momento pase mas de media hora hasta que le ordene a Marta que se pusiera de rodillas en el sofa mirando a la pared y con el culito bien levantado, su hermoso coñito asomaba entre sus nalguitas brillantes por el flujo derramado, mi polla ya estaba entre sus labios y entrando en ella, comencé a follarla dulcemente primero, aumentando el ritmo del mete y saca despues, dejándosela enterrada en el coño hasta la raíz levantandola casi en peso mientras apretaba sus pechitos y podía ver como los chorritos de leche brotaban de sus tetas, nuevemente me corrí copiosamente y mucho antes de lo que hubiese querido, pero no había posibilidad de controlar el placer que follar a Marta y toda la situación que rodeaba a nuestra follada.

-Me vas a disculpar que no me lave, Andres esta al llegar y se que se pondra loco de contento si puede follarme sabiendo que tu semen aun esta dentro de mi.

Dicho esto nos vestimos y esperamos sentados viendo la tele y acariciandonos la llegada de mi amigo. Cuando llego la situación era alucinante Andres me miraba expectante, yo le respondía guiñándole el ojo como afirmación, todo eran miradas cómplices.

Cenamos pronto y Andres y Marta se disculparon y se retiraron pronto a su habitacion, me quede mirando la televisión, entre excitado e incomodo, me levante y pegue la oreja a la puerta cerrada, podia oir los murmullos de Marta, estaba contándole a mi amigo como me habia amamantado, chupado la polla y follado, en cuestion de minutos los quejidos y gemidos de placer eran audibles en toda la casa, estaba follando como locos, me puse una copa y me senté en el sofá a ver la tele.

Eran casi las doce de la noche y estaba a punto de irme a la cama cuando Andres entro en el salón, desnudo, sonriente y feliz, se acerco a mi y me dio un fuerte abrazo:

-Soy el mas feliz de los cornudos¡¡ nunca me había dado tanto gusto follar a Marta como me ha dado hoy sabiendo que tu leche todavía estaba en su coño, me he corrido dos veces, la segunda ha sido follando pero la primera ha sido mientras Marta me contaba todo lo que habeis hecho, por favor Carlos desnudate y ven conmigo a la habitación, quiero ser un cornudo dichoso, quiero ver como te follas a mi mujer por todos sus agujeritos delante mía.

Marta estaba tumbada en la cama con las piernas abiertas y con una morbosa sonrisa esbozada en su rostro, Andres me pidio que me sentara al borde de la cama, cogió mi pie con las manos y comenzo a lamerme los dedos como un perrito mientras Marta nos miraba y se masturbaba.

-Ya has visto como le he lamido los pies a nuestro amo y amigo, querida Marta, Carlos te va a follar se va a correr en tu coño y en tu culo y yo voy a ser el mas feliz fe los cornudos viendo como te lo hace

-Siiiiiiiii-balbuceo ella

Ver a Marta masturbandose y recordar el sabor de la leche que manaba de sus pechos me puso de nuevo en una situación de absoluta excitación...excitacion a la que acompañaba una polla bien dura y empalmada, Marta seguía ofreciéndome su coñito con las piernas abiertas, Andres expectante me alentaba:

-Follatela¡ folla a la putita de mi mujer y lleva a la gloria al cabrón de su marido¡

Situado entre sus piernas se la clave de nuevo, Marta levantaba su culito para recibir mi polla mientras yo chupaba y lamía sus tetitas alternativamente, alimentandome, Andres a nuestro lado se acariciaba la polla sin perder un detalle de la follada que le estaba dando a su mujercita.

-Abre bien el coño, follala, si¡ si¡ follala¡ si......soy un cornudo que se esta corriendo mientras follas a su mujer- efectivamente los chorros de semen brotaban de la polla de mi amigo.

-Ahora, por favor, quiero que le folles el culo¡¡ Carlos enculala¡ seras el primero que se corra en su culito, llevamos una semana practicando con un vibrador para que se le dilate el culo y le gusta, cada vez que se lo ha metido se ha corrido como una perra...verdad Marta?

-Si cabroncito mio¡¡ estoy loca por que me folle el culo y tu lo veas y me limpies con la lengua la leche de nuestro amo Carlos.

Desmonte a Marta y ella se puso a cuatro patas al borde de la cama, ofreciendome su culito virgen, yo de pie tras de ella enfile la polla en la entrada.

-Clavasela entera, sin contemplaciones, ya veras como se corre como una perra

-Cabron¡ cornudo¡ eres un cabron¡-decia ella esperando ansiosa que se la clavara hasta las pelotas.

Lo hice, empujando sin pausa pero sin violencia se la clave hasta la raíz, la polla de Andres estaba empalmada de nuevo y Marta gemía como una perra, efectivamente se estaba corriendo. Comencé a culearla, a encularla sin piedad, sacándole la polla casi entera para volver a enterrarsela en las entrañas mientras Andres me alentaba.

-Encula a mi putita, dale duro¡ hazme mas cabron¡¡ soy cornudo¡ un cornudo hijo de puta que se corre viendo como enculan a su mujer¡

-Si¡ si follame follame¡¡

Estaba listo para correrme otra vez cuando senti los dedos de Andres abriendo mis nalgas y su lengua lamiendo mi culo, fue automatico, solté una andanada de leche caliente en el culito estrecho y angosto de Marta, la vista se me nublo, mareado de placer y morbo con la polla bien metida en su culito me deje caer sobre ella mientras Andres ansioso seguía lamiendome el culo, justo cuando le saque la polla Marta volvió a ponerse a cuatro patas y la lengua de mi amigo paso de mi culo al culo de su esposa bebiendo ansioso mi leche en el receptáculo trasero de Marta mientras que los labios y la lengua de esta se apropiaban de mi polla y limpiaba los restos de leche. Andres solicito mi aprobación con la mirada y acto seguido imito a su esposa, los dos me lamían los restos de semen de la polla y se besaban como locos, la leche estaba brotando de nuevo de la polla de mi amigo.

Mi semana de trabajo en Barcelona acabaron siendo dos semanas, con Andres y marta a mi absoluta disposición en una de las situaciones mas maravillosas y excitantes que he vivido nunca, por solicitud de ellos cuando estábamos en casa siempre estábamos desnudos, nuestros nombres cambiaron, cuando me dirigía a Marta siempre lo hacia llamándole puta o zorra y cuando lo hacia a su marido, cabron y cornudo, ellos me llamaban amo o Don Carlos.

A veces decidía follarme a la puta sin la presencia del cabron que esperaba pajeandose en el salón, cuando me corría en su boca, su culo o su coñito requería la presencia del cabron que se bebía mi leche en cualquiera de estos receptáculos, corriéndose vivo mientras lo hacia y la puta le contaba como la había follado.

Volví a casa con unos cuantos kilos de mas....la leche materna es muy nutritiva.

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