Tetas lactantes en la oficina.
sábado, 17 de julio de 2010
14:07
Etiquetas:
Relatos.Eroticos.Lactancia
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Habia conocido una chica muy bonita en la oficina, solo habia oido decir que ella había tenido amores con alguien de la empresa anteriormente, y no vi nada de eso ya que apenas hace dos años comencé a laborar en esta compañía. Era casada hace tres años y ya iba a dar a luz su primer hijo, antes de dos meses, y ya regresaría de su permiso post natal que duró meses.
Hace como 10 días regresó a sus labores y por supuesto como dio a luz se encuentra lactando. Un día después que vi un juego en la televisión, se me vino la idea a la mente de lo bueno que sería probar como era la lecha materna. Esta idea me llegó a la mente porque me estaba acordando de ella. Así que comencé en un plan: Después de tantos días de intentarlo, cierto día decidí echarle pichón al asunto. Como a las 4:00 p.m. de la tarde, me dirigía hacia su cubículo y le dije que deseaba hablar con ella personalmente. Ella me invitó ha un salóncito que quedaba al lado en donde acostumbraban a comerse su lunch y me preguntó:
-¿Qué es lo que tu quieres, Marcos?
Le dije a mi amiga y compañera de trabajo que me habían golpeado en un ojo el día anterior y que lo tenía demasiado rojo. Que mi abuela me había sugerido que me colocara unas gotas de leche materna.
-Yo no conozco a nadie mas que a usted -le dije. -¿Por favor, me podría hacer el favor?
Ella de repente se sorprendió al oir esto. Permaneció un rato en silencio, sin decir nada. Luego comencé a rogarle poniendo una cara de tristeza. Después de algunos minutos ella aceptó y le di una taza de vidrio con y le pedí que la llenara hasta la mitad. Con cierta sonrisa en su cara me dijo que esperara afuera. Unos minutos pasaron y regresó con la taza llena en una de sus manos. Yo estaba muy emocionado de ver aquello y el huevo ya lo tenía bien erecto y duro como riel de ferrocarril. Tan pronto como me entregó la taza, le quité el papel aluminio que tenía arriba y bebí algunas gotas. Ella estaba sorprendida al ver esto y se enojó. Pero entonces le dije la verdad: perdoname, compañera, es que tengo un problema de inmunidad y soy alergico a muchas cosas. Mis amigos me dijero que si tomaba leche de pecho durante una semana o mas, mi inmunidad mejoraría. Así que le mentía a esta mujer.
Pensé que se enojaría al oir esto pero mas bien puso una cara sin ninguna expresión, me gané su confianza y de nuevo le pregunté si podía darme la leche durante una semana urgentemente, desde ya mismo.
-¡Por favor, démela!!
Ella entonces me sonrió lo que significaba que había aceptado. Yo estaba bien contento pero no lo demostré frente a ella. De repente me preguntó si quería probar leche la leche ya mismo. No me dio tiempo de contester porque entró al baño y la seguí sin decir nada, tranquilamente: ¡Qué momento tan delicioso!! ¡Ay, papi, mi leche!!
Intenté controlar mis nerviosimos tan pronto como ella entró y comenzó a desabotonarse los ultimos tres botones del la blusa y pude ver su blanco brasiere que cubría sus tetas que producían tanta leche. Ella entonces se levantó el brasiere desde abajo y me mostró su teta izquierda. Me sonrió y me dijo que me acercara y tomara la que quisiera. Me acerqué y la sostenía por la espalda y cintura y comenzé a mamar parado frente a ella. Yo mamaba como bebé. Su leche no tenía sabor a nada mientras yo le sostenía la teta agarrada con la boca. Mientras chupaba, y acariciaba el pezón con mi lengua.
Ella me dijo que terminara rápido porque su esposo la recogería a las cinco en punto para llevarla a casa. Con mi mano izquierda le comencé a masajear su teta derecha. Ella no lo impidió. Luego me dijo que me cambiara al otro seno y yo mismo le levanté el brasiere derecho para ver ahora colgando dos tetas lecheras jugosas frente a mi. Yo estaba muy , contento como nadie. Disfruté cada momento.
Ahora su mano la tenía alrededor de mi cuello y sentí cuando me apretó la cabeza contra sus pechos lo que indicaba que a ella también le gustaba. Sentí que tenía el estómago lleno y su “saree”, cierto vestido que ellas usan, lo tenía levantado por encima de su cintura, dejando ver el ombligo. Decidí llegar mas lejo: comencé a besarla desde los senos hasta el ombligo y le mordía con toda lujuria. Ella abrió los ojos y en lugar de rechazarme, movía lentamente su cuerpo lo que confirmaba que ella si estaba disfrutando el momento sexual…con mi mano izquierda presionandole las tetas y con la derecha avanzando hacia su culo. Se lo apreté y comencé a darle masajes en aquellas bonitas nalgas. Ya yo estaba a punto de acabar y soltar todo el semen. De repente, ocurrió lo impensable: Ella no me dejó seguir y me dijo que era el momento salir porque su esposo tal vez estaba esperandola afuera. Me sentí algo frustrado pero yo estaba contento de que mi plan haya funcionado.
Hace como 10 días regresó a sus labores y por supuesto como dio a luz se encuentra lactando. Un día después que vi un juego en la televisión, se me vino la idea a la mente de lo bueno que sería probar como era la lecha materna. Esta idea me llegó a la mente porque me estaba acordando de ella. Así que comencé en un plan: Después de tantos días de intentarlo, cierto día decidí echarle pichón al asunto. Como a las 4:00 p.m. de la tarde, me dirigía hacia su cubículo y le dije que deseaba hablar con ella personalmente. Ella me invitó ha un salóncito que quedaba al lado en donde acostumbraban a comerse su lunch y me preguntó:
-¿Qué es lo que tu quieres, Marcos?
Le dije a mi amiga y compañera de trabajo que me habían golpeado en un ojo el día anterior y que lo tenía demasiado rojo. Que mi abuela me había sugerido que me colocara unas gotas de leche materna.
-Yo no conozco a nadie mas que a usted -le dije. -¿Por favor, me podría hacer el favor?
Ella de repente se sorprendió al oir esto. Permaneció un rato en silencio, sin decir nada. Luego comencé a rogarle poniendo una cara de tristeza. Después de algunos minutos ella aceptó y le di una taza de vidrio con y le pedí que la llenara hasta la mitad. Con cierta sonrisa en su cara me dijo que esperara afuera. Unos minutos pasaron y regresó con la taza llena en una de sus manos. Yo estaba muy emocionado de ver aquello y el huevo ya lo tenía bien erecto y duro como riel de ferrocarril. Tan pronto como me entregó la taza, le quité el papel aluminio que tenía arriba y bebí algunas gotas. Ella estaba sorprendida al ver esto y se enojó. Pero entonces le dije la verdad: perdoname, compañera, es que tengo un problema de inmunidad y soy alergico a muchas cosas. Mis amigos me dijero que si tomaba leche de pecho durante una semana o mas, mi inmunidad mejoraría. Así que le mentía a esta mujer.
Pensé que se enojaría al oir esto pero mas bien puso una cara sin ninguna expresión, me gané su confianza y de nuevo le pregunté si podía darme la leche durante una semana urgentemente, desde ya mismo.
-¡Por favor, démela!!
Ella entonces me sonrió lo que significaba que había aceptado. Yo estaba bien contento pero no lo demostré frente a ella. De repente me preguntó si quería probar leche la leche ya mismo. No me dio tiempo de contester porque entró al baño y la seguí sin decir nada, tranquilamente: ¡Qué momento tan delicioso!! ¡Ay, papi, mi leche!!
Intenté controlar mis nerviosimos tan pronto como ella entró y comenzó a desabotonarse los ultimos tres botones del la blusa y pude ver su blanco brasiere que cubría sus tetas que producían tanta leche. Ella entonces se levantó el brasiere desde abajo y me mostró su teta izquierda. Me sonrió y me dijo que me acercara y tomara la que quisiera. Me acerqué y la sostenía por la espalda y cintura y comenzé a mamar parado frente a ella. Yo mamaba como bebé. Su leche no tenía sabor a nada mientras yo le sostenía la teta agarrada con la boca. Mientras chupaba, y acariciaba el pezón con mi lengua.
Ella me dijo que terminara rápido porque su esposo la recogería a las cinco en punto para llevarla a casa. Con mi mano izquierda le comencé a masajear su teta derecha. Ella no lo impidió. Luego me dijo que me cambiara al otro seno y yo mismo le levanté el brasiere derecho para ver ahora colgando dos tetas lecheras jugosas frente a mi. Yo estaba muy , contento como nadie. Disfruté cada momento.
Ahora su mano la tenía alrededor de mi cuello y sentí cuando me apretó la cabeza contra sus pechos lo que indicaba que a ella también le gustaba. Sentí que tenía el estómago lleno y su “saree”, cierto vestido que ellas usan, lo tenía levantado por encima de su cintura, dejando ver el ombligo. Decidí llegar mas lejo: comencé a besarla desde los senos hasta el ombligo y le mordía con toda lujuria. Ella abrió los ojos y en lugar de rechazarme, movía lentamente su cuerpo lo que confirmaba que ella si estaba disfrutando el momento sexual…con mi mano izquierda presionandole las tetas y con la derecha avanzando hacia su culo. Se lo apreté y comencé a darle masajes en aquellas bonitas nalgas. Ya yo estaba a punto de acabar y soltar todo el semen. De repente, ocurrió lo impensable: Ella no me dejó seguir y me dijo que era el momento salir porque su esposo tal vez estaba esperandola afuera. Me sentí algo frustrado pero yo estaba contento de que mi plan haya funcionado.